02 junio 2007

EXPERIMENTANDO TALCA

La idea de cocinar y experimentar con salsas y condimentos exóticos entremezclados con productos locales involucra un constante juego de ensayos reiterados y correcciones retroalimentarias. La posibilidad de tomar un libro de cocina, manual de instrucciones o el simple hecho de leer las etiquetas quedó descartado pues no sabemos nada de coreano, chino mandarín, tailandés, hiragana, katakana o kanji, debiendo probar y experimentar cual párvulos inocentes y curiosos todo cuanto pudo llegar al alcance de la pituitaria, el dedo y las papilas. Nuestro inquieto espíritu científico siempre nos impelió a buscar o probar con algo más lejano y nuevo, debiendo muchas veces recomenzar a partir de un primer intento fallido o insatisfactorio, haciendo el camino más largo y entretenido para llegar al plato final. Sabíamos teóricamente donde queríamos arribar, debiendo buscar y transitar a riesgo controlado caminos de acidez, dulzor, amargor, picor, salinidad, temperatura, identidad y armonía, persistencia, textura, punto y contrapunto, complemento, formas y composiciones, ecualizando todo de forma tal que una vez en boca se desatara la sinfonía que con vértigo poético, atrapara y amalgamara reminiscencias y sueños de todos los tiempos, que desorientando la razón nos transformara en atemporales e ingrávidos niños inyectados de endorfinas y dopaminas a través del mas olvidado, complejo y primario de los placeres sensoriales, comer.

Para quienes con pasión disfrutamos lo que hacemos, se transformó en la vía para sublimar nuestra imaginación y creatividad, depurando la experiencia en el transitar lento y sostenido por el camino eterno hacia la sabiduría
No solo las comidas fueron el centro de observación pues sumamos a ellas el vino y las cervezas artesanales, dejando a un lado las etiquetas y prejuicios exponiendo nuestros paladares desnudos al diferenciador contraste entre copas distintas.
Con una fachada oficial de restaurante incorporamos a Talca en este juego de ensayo y error y por ende no pudimos abstraernos del factor social y cultural de esta ciudad. De haberse realizado bajo las mismas condiciones pero en Paris, Córdoba, Colonia, Perth o Quellón los resultados habrían sido distintos tanto en la aceptación o rechazo como en la convivencia diaria. Todo formaba parte de esta instalación, intervención urbana, performance, acción de arte o pelá de cables llamada Esquina Crítica, que adoptó “de una” como ícono la verde flechita de Windows, por no marcar empates ni ambigüedades. Fuimos vectoriales, con dirección y sentido, nos jugamos por nuestro proyecto a ultranza amparados en nuestro desdén por la utilidad financiera. Arremetimos inexorables en busca de nuestros sueños, reconociéndonos tercos, obsesivos, tajantes, puristas y severos. Hicimos lo que quisimos, curiosos por ver la reacción social ante una puesta en escena que ambiciosamente declaró el espacio libre para todo tipo de expresión de desarrollo y construcción personal, donde aparecieron también los recitales poéticos, danzas, trovas, pinturas, murales, graficas y dibujos, fotografías, música y videos, fusionado obras y comensales, espacio y proyección.

Ahora que el proyecto a concluido y que la obra está terminada, está a disposición del mundo para ser apreciada o cuestionadas, sobre la base de haber participado o bajo la mirada histórica de quienes accedan los registros que, con el máximo rigor, recolectamos y dejamos cyberembotellada a disposición presente y futura. Embellecer, arreglar o censurar no se condice con el espíritu de transparencia y veracidad que nos autoimpusimos. Lo bueno y lo malo, ganancias o perdidas, verdades o mentiras, lado A y lado B quedaran expuestas y a disposición veraz de todos en este blog.
Desde ahora quedamos en manos del recuerdo, sin olvidar que las escalas de tiempo limitan la mirada al punto de olvidar que los ríos son de piedras, pero que solo vemos moverse agua entre ellas.
Solo queda agradecer los aportes de quienes compartieron y expusieron con gratuidad y generosidad sus obras o arte, haciendo mas grata la aventura de jugar como adultos en esta ciudad que merece un tiempo para renacer frente a un mundo en contracción que se nos mete todos los días a través de las múltiples pantallas o en plato nuestro de cada día..
Gracias y hasta siempre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

renacera de las cenizas...y cuando?...

Maulina dijo...

Personalmente me había arranchado en la esquina. Construí "lugar" con mis colegas allí y ahora quedo en estado de orfandad.

G. Palavecino dijo...

Es cierto, aunque fui cuatro o cinco veces, "Esquina crítica" se echa de menos.

Anónimo dijo...

Interesante post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)